sábado, 4 de junio de 2011

Destellos de grandeza.


Me gusta tu forma de escribir, me gustaría que lo hicieras también aquí. Es igual que tu discurso hablado: Corta, raspa y desgarra. Le encuentro, te encuentro, destellos de grandeza; pero me pierdo en ellos. Yo, en el fondo, soy sólo un animal que reacciona al reflejo de sus sentidos, sin razón ni juicio, y que entiende mejor unas vulgares emociones que unos exquisitos enunciados especulativos. Tú lo sabes ¿o aún no lo habías descubierto?

Sé que sabes, sé que ves y sé que recuerdas; pero aún no consigo conocer cuanto sabes, cuanto ves o cuanto recuerdas.

Siempre he sentido por ti un extraño afecto (no te preocupes, no te llevaré a las montañas de Nevada), continuamente he tenido la sensación de que algo nos igualaba, que algo similar se escondía en nuestras almas; pero también es posible que ese hipotético punto de unión se encuentre en la zona que desconozco, por lo tanto que no exista y que yo esté equivocado. Igualmente es posible que usemos mundos distintos…

 … eso no evitará que siga teniendo interés en conocer, en ver y en saber. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario