viernes, 21 de octubre de 2011

La vida cambia aunque no te muevas porque el universo gira creando el tiempo a nuestro alrededor. A veces nosotros mismo damos impulso a las propias transformaciones pero nunca sabremos la ruta por la que nos ha de llevar. Sólo podremos conocer que los caminos son tortuosos pero que nos puede mostrar, si sabemos ver, algunos maravillosos paisajes.
Subir una montaña es dura pero tras ella se nos presenta el fresco valle, las calmas ensenadas o los prados jugosos  que debemos disfrutar porque al universo no le importa pero, llegada la hora, nos ocupará la nada cayendo al vacío del olvido.
Mientras tanto dancemos sobre el polvo al ritmo del corazón, el ritmo de la vida.